#Inspirandosueños
Siempre hay un dispositivo para sus necesidades.
¿Sabía que no necesita reemplazar la mascarilla completa, sino que solo puede cambiar las partes individuales que están más desgastadas?
Incluso con la limpieza diaria, el contacto directo con la piel provoca la acumulación de grasa y bacterias, que pueden causar irritación facial y fugas de aire, lo que puede comprometer la terapia.
Puede perder su elasticidad con el tiempo, lo que dificulta el ajuste de la mascarilla. Recomendamos reemplazar cada 6 meses o siempre que haya signos de deterioro.
Es el encargado de proteger el motor del equipo contra la entrada de partículas, polvo y bacterias que pueden provocar un desgaste prematuro y reducción de la vida útil de su dispositivo.
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Puede tener grietas o agujeros que generen fugas de aire, perjudicando la efectividad de la terapia.
La presencia de humedad facilita la acumulación de bacterias. Es importante que se realice una inspección periódica para identificar grietas, manchas o cambios de color.
